Cuando suena el despertador hay que ponerse en marcha para un nuevo día. Pero son muchos los errores que cometemos al levantarnos por la mañana, algunos son detalle mínimos, que aunque no lo creas, afectan mucho a tu salud.
No te levantes tan rápido de la cama, siempre con calma
Solemos tener dos malas costumbres. La primera es programar un sonido estridente en nuestro despertador para que nos despierte y la segunda, levantarnos de inmediato de la cama. Debes tener en cuenta que hemos pasado entre 6 u 8 horas en una posición horizontal y que por lo tanto, nuestro eje postural debe asumir poco a poco una nueva posición.
Si lo hacemos rápido, podemos marearnos, así que lo mejor es tomar en cuenta estos sencillos consejos:
- Despertar con calma, como si fuera un ritual de relajación.
- Poner el despertador 10 moinutos antes de lo habitual y elegir una música relajante. Nunca el clásico “bip-bip-bip”.
- Lo primero es incorporarte y sentarte en la cama, después respirar hondo durante dos minutos.
- Haz unos pequeños estiramientos con los brazos. Une tus manos y estira los brazos sobre tu cabeza, luego repite lo mismo a la izquierda y la derecha.
- Ahora gira gira el cuello haciendo movimientos circulares, con calma.
- Vuelve a respirar y ahora ya puedes levantarte.
Salir de casa sin desayunar, gran error
Si tienes que hacer muchas cosas antes de salir de casa, no dejes de lado tu alimentación.
- Despierta más temprano para tener el tiempo adecuado para comer. Es importante hacer todo con calma y tener el tiempo suficiente para desayunar de forma relajada.
- Lo idea es comenzar con un vaso de agua tibia con limón y luego de unos 15 o 20 minutos, seguir con el desayuno. En ese tiempo te puedes duchar.
- Luego de eso ya puedes tomar café, té o leche, acompañado de algo de fibra, proteína y alguna fruta. Así saldrás con los nutrientes necesarios y con mucha energía para enfrentar el día.
Tienes todos el día para revisar tus redes sociales o los correos nuevos. Lo mejor es despertarnos relajadamente, lejos de todas esas tecnologías.
Levántate, dúchate y desayuna frente a una ventana procurando que te de el aire. Es mejor que en esos primeros momentos estés alejado de las ondas electromagnéticas que emiten los dispositivos.
Ducharte con agua caliente
El agua caliente nos encanta, pero no siempre es lo más adecuado, especialmente por la mañana. En el primer momento del día necesitamos activarnos y para ello siempre será mejor que el agua no esté a temperaturas muy altas. Lo ideal es empezar con agua tibia y terminar con un chorro frío, en especial en las piernas, para activar la circulación.
Dirigir el agua fría a las pantorrillas evitará que las sintamos hinchadas o pesadas reactivará también los pie, procurando que estén listo para una jornada de trabajo.
Salir de casa con mal humor
Los pensamientos negativos ponen puertas a nuestro bienestar. Hacemos las cosas a disgusto y dejamos de valorar las cosas importantes. Sal de casa con otra actitud, intenta “instalar” en tu cerebro las siguientes ideas:
- Hoy me van a salir las cosas bien, seguro es un buen día.
- Voy a intentar disfrutar de todo lo que haga y lo que me ocurra. Voy a salir relajado, voy a dar un paseo hasta el trabajo mirando todo lo que hay a mi alrededor; la gente, los escaparates, los parques.
- Voy a ver el lado bueno de mis compañeros de trabajo y de mis jefes.
- Me voy a superar en el trabajo. Lo más importante es que me sienta orgullosa de mi mismo.
- Cuando acabe mi jornada, me voy a dar un pequeño capricho. Algo sencillo: tomaré un café en esa cafetería tan bonita o me daré un paseo por ese parque. O puede que llame a esa persona que hace tiempo que no veo.
Como vez, son muchos los errores que solemos cometer al levantarnos por la mañana. Aspectos elementales que, de algún modo, nos quitan un poco de salud cada día. Así que recuerda que la calidad de vida se construye a base de cosas muy sencillas y de buen optimismo.