Todos sabemos que las bebidas gaseosas son dañinas, gracias a que distintas organizaciones y autoridades de salud han podido decirlo en voz alta por años. Pero claro, la publicidad de las compañías gigantescas que las producen logran que muchas veces se nos olvide qué tan mal nos hacen.
Por ello, a continuación te explicamos en simple las razones más poderosas para dejar de inmediato y para siempre los refrescos.
Dañan tus huesos
Dos litros de bebida cola u otro refresco pueden destruir tus huesos tanto como varias tazas de café al día pues tienen el mismo efecto: el cuerpo deja de absorber calcio y los huesos pierden su densidad. Los niños, que están en etapa de crecimiento, son mucho más vulnerables en ese sentido.
El sobrepeso
Con medio litro de gaseosa es suficiente para consumir la décima parte de las caloría que necesitas al día. Es decir, con cinco litros de refresco ya has consumido toda la energía que necesitas para un día. Pero el hambre no desaparece.
Junto con ello, científicos han logrado demostrar que cada lata de refresco aumenta el riego de obesidad 1,6 veces.
Los riñones
Los dientes
Es el mismo ácido fosfórico el que daña los dientes y los destruye a mayor velocidad que el azúcar. Es peligroso beber las gaseosas a pequeños sorbos y cepillarse los dientes justo después de consumirlas.
El hígado
Con apenas 600 mililitros de gaseosa al día te arriesgas a sufrir una cirrosis, y si aumentas la cantidad a un litro por día tienes cinco veces mayor riesgo de acumular grasa en el hígado.