Muchos padres se dejan llevar por las altas expectativas que tienen respecto a sus hijos y desean tanto que den lo mejor de sí o que desarrollen todo su potencial, que muchas veces no les permiten tener ningún margen de error.
De esta manera, en lugar de ayudar a sus hijos, terminan perjudicándolos, llegando incluso a minar su autoestima. Por eso es importante que los padres exigentes reflexionen y desde la autocrítica comiencen a mejorar la relación sus hijos.
Sería importante admitir que pueden estar equivocándose y que es válido permitir que los hijos se tropiecen y vuelvan a levantarse.
5 Errores Que Cometen Los Padres Exigentes
1 . La sobreexigencia no aumenta el rendimiento
Presionar, exigir y alentar a que un hijo de lo mejor de sí no hará que aumente su rendimiento en la escuela. Es lo mismo que sucede cuando tu jefe te presiona en el trabajo, ¿te sientes motivado o comienzas a lidiar con el estrés insoportable?
La sobreexigencia es, en la mayoría de las ocasiones, contraproducente, ya que viene acompañada de estrés y ansiedad. Además, el hijo puede pensar que no está a la altura de lo que su padre quiere que sea, que no cumple las expectativas. Todo esto termina desmotivándolo.
La presión no siempre genera buenos resultados, es necesario darle su espacio.
2 . El perfeccionismo no es bueno
Ningún ser humano es perfecto, por ello los padres exigentes deben entender que educar en el perfeccionismo no es bueno para sus hijos. Evitar los errores no es tan saludable como enseñar a aprender de ellos y volverse a levantar.
3 . Expectativas irrealizables que frustran
Hacerse expectativas demasiado altas de los hijos no ayuda a que ellos logren sus metas, sino a que se frustren más fácilmente cuando vean que no lo llegan a hacerlo.
Es importante que se ajusten a un panorama realista, que les permita lograr lo que desean sin necesidad de buscar constantemente la aprobación de los padres.
4 . Problemas en las relaciones personales
Los padres exigentes pueden llegar a afectar la calidad de las relaciones interpersonales de los hijos, ya que al no saber gestionar los conflictos adecuadamente, desarrollan muchas inseguridades y pueden comenzar a ser demasiado exigentes con los demás.
Empezarán a esperar demasiado de ellas, a querer recibir lo mismo que dan y aparecerán las decepciones, las desilusiones y los desencantos.
5 . El cariño hay que ganarlo
Los hijos de padres exigentes miden el cariño que estos pueden darles en el hecho de cumplir o no las exigencias establecidas por los progenitores.
Los niños aprenden que el amor no es incondicional, sino todo lo contrario. Si comenten un error o no cumplen las expectativas, ya no los querrán. Todo esto causará una grave falta de autoestima y una fuerte inseguridad que se trasladará a sus futuras relaciones.
Todos cometemos errores
Actualmente los niños sienten una gran necesidad de aprobación por parte de sus progenitores, lo que no solo les genera una gran infelicidad, sino que los hace fracasar en sus futuras relaciones.
Los padres exigentes deben tener en cuenta que ellos también cometen errores y que sus hijos no tienen por qué ser perfectos. La confianza en las habilidades y no en los resultados, es esencial.