John Allen Chau, un misionero estadounidense tan sólo 26 años, dedicaba su vida a llevar la palabra de Dios a los lugares más apartados del mundo. Dentro de sus funciones y para poder cumplir su propósito, el joven le habría pagado a pescadores para que lo llevaran hasta la Isla Sentinel del Norte, uno de los lugares más aislados del hemisferio, y al cual está prohibido entrar.
El pasado 15 de noviembre Chau le habría pagado a estos hombres para ayudarlo a llegar a la isla en un bote y convertir al cristianismos a las tribus que allí viven. No obstante, cuando Chau llegó a la isla ese día, los locales le dispararon con arco y flecha. Fueron los mismos pescadores quienes vieron su cuerpo hace pocos días, 6 días después de que lo dejaron en el lugar.
La BBC afirma que Chau visitó al menos 5 veces distintas islas de Andaman y Nicobar pero que tenía muchas ganas de visitar a las “tribus centinelas para evangelizarlos”, aseguró la fuente.
El periodista Subir Bhaumirk, quien ha escrito durante años reportajes sobre estas islas, le dijo a la BBC que “la cantidad de personas en la tribu centinela es muy poca, ni siquiera saben ocupar dinero. Es de hecho ilegal contactarse de cualquier manera con ellos”.
De acuerdo al medio local Andaman Sheekha, el contacto con esta tribu que vive aislada del mundo hace cientos de años es ilegal, incluso tomar fotos o videos de ella. Se estima que sólo entre 50 y 150 personas viven allí y ninguna se comunica con el mundo exterior, cosa que les ha permitido sobrevivir y prosperar dentro de la isla. Según esta información, el joven hizo caso omiso a todas las advertencias.
Los hechos ocurrieron cuando Chau habría intentado entrar a la isla el pasado 14 de noviembre, un día antes de haber convencido a pescadores de llevarlo a la isla. Las consecuencias de sus actos también afectaron a los 7 pescadores han sido arrestados por llevar ilegalmente a este hombre a aquel territorio.
El Daily Mail además consiguió una carta que Chau habría escrito a su familia antes de dirigirse a la isla, asegurando que “pueden que piensen que enloquecí pero creo que vale la pena mostrarles el camino del Señor a esta gente. Por favor no estén enojados con ellos o Dios si me matan”. Al parecer el hombre escribió varias páginas sobre sus experiencias en su diario, el cual está siendo investigado por la policía. Al leer sus escritos, podemos ver que el joven parecía intuir lo que le ocurriría.
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Chau escribió que sintió miedo cuando vio sus flechas y que “estaba decepcionado. No me aceptaron de inmediato. Un niño pequeño me arrojó una flecha- directo en la biblia que llevaba en mi mano. Si quieren dispararme con una flecha entonces que lo hagan. Aunque creo que sería más útil si estuviese vivo… Oh Dios extraño a mis padres”.
Ya que sus acciones fueron ilegales, la policía no puede procesar a la tribu que además vive fuera de las leyes de cualquier otro lugar del mundo. Es más, la misma gente del país declaró ilegal la entrada y el contacto con ellos con la idea de protegerlos de enfermedades y para que puedan mantener su estilo de vida.
Survival International escribió una declaración asegurando que “los centinelas han demostrado una y otra vez que quieren ser dejados en paz, deberíamos respetar sus deseos”.
