Es hora de admitirlo: muchas veces no comes porque tengas hambre, sino simplemente porque tienes un antojo. Algo dulce luego de la comida, algo picante o caliente cuando hace frío, y viceversa cuando hace calor. Y sin mencionar lo que puede hacernos el pasear por los pasillos con tentaciones del supermercado.
Es por eso que, inspirados en los consejos del psicólogo y estudioso de los hábitos alimenticios Brian Wansink, te entregamos 12 consejos para lograr que vuelvas a caber en el vestido que usaste en tu graduación.
#12 No temas a las recaídas
Pasa que estás a dieta, comiendo repollo toda la semana, pero de pronto te encuentras de noche frente al refrigerador abrazando una olla de espagueti con albóndigas y una barra de chocolate para el postre. Si llegas a esta situación, lo importante es no comenzar a comer para “pasar la pena” de la fracasada dieta. Sólo respira profundo, lentamente regresa la olla adonde estaba y vuelve a comer de tu repollo.
#11 Regla de dos
Procura que en tu plato haya siempre dos tipos de comida: carne y guarnición, acompañamiento y ensalada, pescado y verduras. Con esta sencilla regla, podrás comer adecuadamente.
#10 Camino largo por la porción extra
#9 Deja huellas
Quienes comían muchas alitas de pollo solían eliminar rápidamente toda evidencia de su gula, mientras que los participantes mas esbeltos de todo el experimento nunca prestaban atención al montón de huesos, guiándose por sus sensaciones al momento de decidir si estaban o no satisfechos.
#8 Fenómeno del plato sin fondo
También se descubrió que las personas comen “hasta el final”. Y esto no quiere decir hasta que se acabe el hambre, sino hasta llegar al fondo del plato. Por ello, la salida es usar platos más pequeños y ser más conscientes con las raciones. Observa siempre tus sensaciones y no el volumen de comida que dejaste en el plato: te llenarás más rápido.
#7 Compañía
Si estamos solos, comemos un 30% menos que cuando comemos con una persona más. Y si aumentamos la compañía a 3 o 4 amigos, comemos casi dos veces más. Por ello, intenta consumir tus alimentos principales en soledad, y limítate a aperitivos y bebidas cuando estés con tus amigos.
#6 Sigue la lista
Cuando compres los alimentos para la semana, actúa como un chef profesional: haz una lista de compras bien pensada, que contenga carne, cereal, verduras, etcétera. Y, lo más importante, cuando estés en la tienda guíate sólo por esa lista. Deja atrás los antojos espontáneos.
#5 Adiós golosinas
En el fondo de tu refrigerador o en el lugar más retirado de tu casa: ahí es donde irán tus golosinas de ahora en adelante. Pareciera que lo mejor es no comprar estas tentaciones, pero según el autor la “comida loca” nos logrará alcanzar en todas partes. Si nos negamos estos placeres en casa, los terminaremos comiendo en una cafetería, con los amigos o en el trabajo, y en cantidades exageradas. Así, es mejor que sea en casa y moderadamente.
#4 32 veces con cada diente
Masticar la comida meticulosamente satisface nuestro paladar, lo que nos reduce significativamente el apetito y nos hace sentir llenos más rápido.
#3 Nunca ahorres calorías por la mañana
El desayuno es el 96% de la esbeltez, dicen las estadísticas de Wansink, pues sólo 4 de cada 100 mujeres delgadas no desayunan. Esto a diferencia de las personas con sobrepeso, que suelen saltarse el almuerzo para consumir menor cantidad de calorías.
#2 Sirve tu comida en platos
Las personas esbeltas suelen sentarse de espaldas hacia los mostradores de postres o la cocina abierta, Así, la tentación de comprar un pastel se reduce. Esta regla de Wansink es fácil de seguir en casa si sirves todos los platillos por porciones y directamente en platos. Si te deshaces de todo tipo de ollas, ensaladeras y sartenes, verás menos comida. Y cuanto menos ves, menos comes.
#1 Tranquilidad y orden
No pruebes todos los puntos a la vez de inmediato: implementa una regla por semana. De a poco llegarás a un estilo de vida distinto y tendrás un cuerpo completamente nuevo y más sano.
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